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Tras la participación en la Copa del Mundo, las diferentes historias de las selecciones que ya no están en competencia comienzan a ver la luz. Es lo que pasó con la de Estados Unidos y un jugador que no estaba dando su 100%.

Así lo reveló el mismísimo DT de la selección estadounidense, Gregg Berhalter, quien contó que estuvieron a punto de enviar a un futbolista a su casa por el desempeño que estaba mostrando.

“En esta Copa del Mundo, tuvimos un jugador que claramente no cumplía con las expectativas dentro y fuera del campo. Como equipo, nos sentamos juntos durante horas deliberando sobre lo que íbamos a hacer con este jugador. Estábamos por la labor de reservar un vuelo de avión a casa, así de extremo fue. Pero decidimos tener una conversación más con él. No podía haber más infracciones”, dijo el entrenador en la Cumbre sobre Liderazgo Moral del Instituto HOW para la Sociedad en Nueva York.

Además, añadió que “la otra cosa que le dijimos fue, vas a tener que disculparte con el grupo, pero va a tener que decir por qué te estás disculpando. Tendrá que ser más profundo que solo ‘Chicos, lo siento’. Y preparé al grupo con esto. Dije: ‘Está bien, este tipo se va a disculpar con ustedes como grupo, con todo el equipo'”.

“Lo fantástico de todo esto es que después de que se disculpara, se pusieron de pie uno por uno y dijeron: ‘Escucha, no has estado cumpliendo con nuestras expectativas de un compañero de equipo y queremos ver un cambio’. A partir de ese día no hubo problemas con este jugador”, complementó.

Si bien Berhalter no revela el jugador en cuestión, la prensa estadounidense cree que se refiere a Giovanni Reyna. De hecho, fue el mismo futbolista el que había adelantado esta situación en un comunicado, donde relató la situación.

“Justo antes de la Copa del Mundo, el entrenador Berhalter me dijo que mi papel en el torneo sería muy limitado. Estaba hecho polvo. Esperaba y deseaba desesperadamente contribuir al juego de este equipo”, dijo Reyna en el texto.

Luego agregó que “soy una persona muy emocional, y reconozco plenamente que dejé que mis emociones me dominaran y afectaran a mi entrenamiento y mi comportamiento. Me disculpé con mis compañeros y el entrenador por esto, y me dijeron que estaba perdonado. A partir de entonces, me sacudí la decepción y di todo lo que tenía dentro y fuera del campo”. 

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