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Pese a que algunas han logrado adaptarse bastante bien a las difíciles condiciones de determinadas zonas del país, ninguna de ellas se ha acercado al potencial de Nonpareil.

Si bien, demanda y precios estimulan el interés por plantar almendras en el país, el problema es que Non Pareil, la variedad de referencia, necesita lugares donde no se vea expuesta a heladas, lo que ha impedido que la superficie, que en la actualidad supera las 8.000 hectáreas y se concentra entre las regiones de Coquimbo y O’Higgins, se expanda a otras zonas.

Por ello desde hace algunos años se evalúan nuevas variedades que pudieran funcionar en otros lugares del país.

Si bien se trata de ensayos que se encuentran en fase de desarrollo -tienen entre 5 y 10 años-, los resultados productivos y comerciales conseguidos a la fecha en las cerca de 100 hectáreas plantadas con el nuevo material varietal no han sido los esperados.

“En general, podríamos decir que con los resultados obtenidos a la fecha ninguna de las nuevas variedades testeadas en el país se acerca a lo que es Nonpareil”, advierte Carlos Anes, académico de la Universidad de La Serena y asesor privado. Sin embargo, algunas presentan características que las hacen interesantes para determinadas condiciones de clima y suelo.

Las españolas

Entre las variedades probadas figuran españolas, como Marinada, Tarraco, Marcona, Desmayo, Largueta y Guara, las cuales destacan por una floración más tardía que Nonpareil y por ser autofértiles.

Además, varias han demostrado ser una alternativa para zonas con condiciones de escasez hídrica y salinidad de suelos. Una de ellas es Guara, que cuenta con un rendimiento de pepa mediano, que se ha probado por 12 años en las cercanías de Ovalle, Región de Coquimbo, donde ha tenido un comportamiento productivo satisfactorio.

Si bien Mauricio Zúñiga, responsable técnico comercial del vivero Agromillora Chile, reconoce que es difícil que Guara reemplace a Nonpareil, pues es una variedad de cáscara dura y que se cotiza a un precio cerca de 20% más bajo, advierte que la homogeneidad de su producción la hace una opción válida.

Otra española probada en la Región de Coquimbo es Marcona, que se caracteriza por tener una cáscara muy dura y un fruto muy pesado. Esto produce, a su vez, que el porcentaje de pepa sea muy bajo. También se le critica que apenas florece un par de días más tarde que Nonpareil, lo que no se condice con su condición de tardía.

La desilusión

Una variedad que no ha dado los resultados esperados es la californiana Independence, que se asumía que era más productiva que Nonpareil, lo que a la fecha no ha ocurrido, asegura Carlos Anes, quien lleva cinco años probándola en Ovalle.

Anes comenta que la variedad entrega almendras livianas y oscuras, lo que hace que su precio en el mercado pueda ser de hasta 20 centavos menos que la Nonpareil.

Rodrigo Rivadeneira, asesor experto en almendras, ha probado la Independence en las regiones de O’Higgins y Metropolitana y cree que, pese a las falencias, se trata de una variedad que podría ser bastante competitiva en términos de manejo, lo que permitiría reducir los costos de producción.

“Me ha tocado ver huertos de cuarta hoja y en general se ven bien. En los primeros años es vigorosa, por lo que hay que tener una buena conducción para que los árboles no se deformen”, asegura.

Los nuevos esfuerzos

Desde el año pasado, Agromillora Chile evalúa algunas variedades españolas en zonas donde hasta ahora no había almendros, como Rengo, en la Región de O’Higgins; Bulnes, en la Región de Ñuble; Los Ángeles, en la Región del Biobío; Angol, en la Región de La Araucanía; Paillaco, en la Región de Los Ríos, y Purranque, en la Región de Los Lagos.

Las variedades son Soleta y Belona (ambas del CITA Aragón), autofértiles, de cáscara dura y floración tardía; Avijor, que florece a mediados de septiembre y tiene cáscara semidura; y Vialfas, que florece a fines de septiembre.

“Todas son autofértiles y autógamas; es decir, las flores se polinizan solas, sin necesitar abejas. Si bien las floraciones más tardías no evitarán totalmente el peligro de las heladas, sí darán una alternativa frutícola agroindustrial para la zona si el cultivo es rentable”, asegura Mauricio Zúñiga.

“Calculamos obtener entre 1.800 y 2.000 kilos de pepa por hectárea, con costos no superiores a los US$ 4.500/ha en plena producción”, advierte.

El verdadero desafío

Aunque en el sector valoran la búsqueda de nuevas alternativas varietales, hay quienes piensan que la prioridad debería estar puesta en mejorar los manejos agronómicos de Nonpareil.

“Hay que elegir bien dónde se planta, aumentar la productividad de los huertos, mejorar en aspectos como polinización, elección y distribución de variedades polinizantes, manejo de abejas y el abejorro (Bombus sp), junto con desarrollar controles de heladas”, asegura Gamalier Lemus, investigador del INIA Rayentué.

“Mientras no exista desarrollo de investigación y validación para las distintas zonas productoras del país, no es recomendable plantar nuevas variedades. Y es que para que sean realmente rentables deben producir lejos más que Nonpareil”, complementa Carlos Anes.

20% menos que por Non Pareil se paga por Guara, variedad atractiva para zonas secas.

Fuente: Revista del Campo

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