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Las dos economías más dominantes del mundo, Estados Unidos y China, están listas para firmar este miércoles una tregua comercial que permitirá a negocios alrededor del planeta recobrar el aliento.

Aunque aranceles por cientos de miles de millones de dólares seguirán vigentes por ambos lados, probablemente hasta que el presidente Donald Trump compita por la reelección en noviembre, parte de la incertidumbre se desvanecerá.

Y justo en el momento en que está a punto de comenzar a ser juzgado en el Senado, Trump podrá clamar victoria con esta “primera fase” del acuerdo que incluye un compromiso de China de aumentar sus compras de cultivos y productos estadounidenses, al menos en el corto plazo.

Eso ha repotenciado los mercados globales en los últimos días, porque deja fuera de la mesa -de momento- la amenaza de nuevos aranceles.

Está cumpliendo todas sus promesas y está construyendo una gran economía para las compañías y los trabajadores estadounidenses“, dijo en vísperas de la firma del acuerdo, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

“Creo que esta primera fase es un paso enorme en la dirección correcta”, agregó en una entrevista en la cadena Fox Business.

Sin embargo, los asuntos más difíciles quedaron pendientes de ser resueltos en las negociaciones de la “fase dos”, incluidos los masivos subsidios estatales a las industrias y la transferencia forzada de tecnología e incluso algunos logros del acuerdo llevan la relación al mismo punto donde estaba antes de que Trump asumiera el poder.

Agence France-Presse

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