Raul Zamora/Aton Chile
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El presidente del Banco Central (BC), Mario Marcel, sostuvo que el pago total de la deuda subordinada por parte del Banco de Chile es una oportunidad para renovar el compromiso de todos los sectores para que nunca más se exponga al país a una crisis financiera como la ocurrida en 1982.

Estas declaraciones las realizó Marcel tras un encuentro sostenido con las autoridades del Banco de Chile, que el 30 de abril pasado formalizaron el término de la obligación subordinada tras efectuarse el pago de $90.299.886.695 correspondiente a la última obligación pendiente que tenía la entidad bancaria con el Banco Central originada en la crisis financiera de 1982-83.

En la ocasión, el presidente del Banco Central declaró que para la institución el pago de la última cuota de la denominada deuda subordinada por parte del Banco de Chile era motivo de satisfacción, pero no de celebración.

“La extinción de la deuda subordinada es una oportunidad para reconocer los altos costos económicos y sociales de las crisis financieras, resaltar las lecciones aprendidas de nuestra experiencia y valorar los cambios que ha tenido el sistema financiero chileno con posterioridad a la crisis”, señaló Marcel.

El titular del BC destacó que la deuda se originó en el rescate del sistema financiero tras la crisis de 1982-83, episodio que implicó un enorme costo para el país.

Dicha crisis provocó la quiebra de miles de empresas, hizo que cientos de miles de chilenos perdieran su empleo y su resolución demandó ingentes recursos del Estado, marcando el balance del Banco Central por casi cuatro décadas.

“Sobre todo, esta es una oportunidad para renovar el compromiso de todos los sectores –autoridades, reguladores y actores de la industria- para que nunca más se vuelva a exponer al país a un episodio como éste”, declaró, recordando que “los riesgos para la estabilidad financiera siempre están latentes”, puntualizó.

Marcel felicitó por su parte a los directivos del Banco de Chile por haber logrado generar los recursos para adelantar el pago de la deuda, en circunstancias que en un inicio se percibía que iba a tener dificultades para pagarla en los plazos establecidos.

Cabe mencionar que en la crisis de 1982-83, el PIB cayó 14% en un año y la tasa de desempleo superó el 25%; 22 instituciones financieras, responsables de 60% del crédito, fueron intervenidas.

Por otro lado, el presidente del Banco Central valoró que las lecciones de la crisis se extienden a los recientes cambios institucionales y regulatorios de la banca.

“El proceso de implementación de la nueva Ley General de Bancos demandará sentido de cooperación y visión de largo plazo de todos los actores –públicos y privados—del sistema financiero”, sentenció.

Finalmente, Marcel recordó que las necesidades de actualización de la regulación financiera chilena no se agotarán con la implementación de esta ley, agregando que sigue siendo necesario avanzar en modernizar el marco de resolución de bancos en problemas y en el desarrollo de una nueva institucionalidad de seguro de depósito.

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